miércoles, 21 de noviembre de 2012

Como sobrevivir a un servicio de atención al cliente y no morir en el intento

Lo que hoy os vengo a contar sucedió hace ya algún tiempo.... 

Santander, agosto 2012.

Este verano, aprovechando unos días libres en el trabajo, organice un viaje con unas amigas a Ibiza. Todo iba bien en un principio. Billetes de avión comprados, alojamiento reservado, posibles visitas establecidas...lo dicho, todo controlado.

Pero (siempre hay un pero) pocos días antes de partir, hablando con una amiga de todos los detalles me pregunta que como voy a organizarme con el tema de las maletas. Le explico que al volar con Iberia en uno de los trayectos puedo llevar una maleta normal sin excesivas limitaciones, y que para la vuelta con Volotea, he decidido facturar porque con esta compañía no sale muy caro y me merece la pena no andar justa de espacio. Aquí también es necesaria otra puntualización: amigos, no hay maleta grande sino mal entendida. 
Volviendo al equipaje, le cuento a mi amiga que además de eso, llevaré la cámara (una reflex un poco grande) y el bolso conmigo.

Y aquí viene el comienzo de mi aventura particular con el servicio de atención al cliente de Volotea. Asustada, mi amiga me comenta que no puedo llevar dos bultos de mano con esta compañía, que solo permiten uno y que si por ejemplo es una maleta el bolso debe ir dentro. Yo le explico que no, que cuando yo compré el billete me indicaba que se me permitían 2. Ella que no y yo que si. Miramos las condiciones en la web y decían lo que ella comentaba, pero en mis condiciones del billete ponía lo que yo argumentaba. Solución: llamar a atención al cliente de Volotea para que arrojen un poco de luz en nuestras vidas.

A la mañana siguiente entro en la web y busco el teléfono al que dirigir mi consulta  Marco y espero. Como todo servicio de este tipo que se preste, una interminable espera de músicas hiperhorteras y de contestadores-que-se-supone-te-llevan-a-la-dirección-correcta y que siempre acaban pasándote con un operador. Y de repente una voz en la oscuridad de mis dudas. "Volotea buenos días, le atiende Mariano". ¡en buena hora apareció el bueno de Mariano! He de hacer mención especial a mi sorpresa al escuchar un acento italiano pero de la mismísima Italia acompañado de un nombre tan nuestro como Mariano. Pero ahí estaba mi nuevo amigo Mariano, dispuesto según decía a ayudarme en todo lo que pudiese.

Comienzo mi argumentación, explicándole a Mariano mi duda existencial. Quedan pocos días para el viaje y claro, no quiero encontrarme con sorpresas. Mariano habla con voz cansada, como si no hubiera dormido lo suficiente o estuviese aún de resaca, arrastra las palabras y suelta algún vocablo que otro en su lengua patria.  Mi nuevo coleguita me explica así a su manera que no me preocupe, que puedo llevar dos bultos de mano porque Volotea cambio su política de equipajes el 5 de julio, pero que si mi billete es anterior a esa fecha no voy a tener problema. Me pide el número de vuelo para comprobarlo y de repente ocurre lo inesperado, lo imposible de prever  lo que nunca esperas que te pase a ti....¡SE CORTA LA LLAMADA! 
Vuelvo a marcar dos veces, nerviosa, pensando como he podido perder a Mariano, argumentando en mi cabeza como volver a explicarle la película al nuevo "Mariano" de turno. Pero no hay respuestas. Todas las líneas están ocupadas y no pueden atenderme en ese momento. Por favor llame más tarde. Odio y muerte a Volotea.
Intentando controlar mi amenaza de cabreo, me dirijo nuevamente a la web de la citada compañía y busco otro teléfono al que pueda recurrir. Buscando y rebuscando, encuentro un teléfono de Barcelona y decido probar suerte.

Marco el nuevo número. Da señal, eso es bueno. Un tono, dos tonos, tres....cinco...estoy a punto de colgar cuando se oye una vocecita que parece encontrarse en la otra esquina del mundo "¿Siiiii?. Mierda, ya me he equivocado, pienso. "Disculpe, ¿estoy llamando a Volotea?" pregunto. "Si, aquí es". Noto como el cuello de la camisa de la muchacha, que tampoco la escucha, intenta estirarse para entrar en la conversación. Le explico a la joven mi problema, que tengo una duda de equipaje, que he llamado a atención al cliente pero que antes de que me aclarasen de todo mi consulta se corto la llamada. Que necesito que alguien me compruebe si es cierto que en mi billete consta que puedo llevar dos bultos de mano porque lo compre antes del 5 de julio. La vocecita inocente comienza a articular lo que interpreto como palabras y susurran lo siguiente "¿ah si? ¿seguro? ¡Pues yo no tenía ni idea de que eso había cambiado!". No doy crédito. Intento hacer como que no he escuchado lo anterior y le pregunto si puede ayudarme con la consulta o no. Titubea, le tiembla la voz y contesta: "eh...bueno...es que... a ver....yo no se como ayudarle, si no le importa me deja su teléfono y busco a alguien que le devuelva la llamada y pueda decirle algo...si no le importa le vuelven a llamar". Os lo juro por Snoopy y las bragas de Mafalda. Lloro bajito y decido que paso de equipaje, de las maletas, los bultos de mano y la madre que pario a Volotea entera. Dejo el teléfono y me voy a trabajar.

En el trayecto a la oficina tengo que hacer un recado. Paro a hacerlo pero se me olvida el móvil en el coche. Cuando vuelvo, veo que tengo 3 llamadas perdidas de un número que no conozco y de repente, aún con el en la mano, vuelve a sonar.

Descuelgo y una voz me dice "Sono Mariano, de Volotea". ¡Coño, Mariano ha vuelto! "Me han dicho que llamó preguntando por mi" ¿? Si, Mariano, tres veces. Le explico que no, que he vuelto a llamar porque se cortó la llamada y no acabó de resolverme la duda, y que a dos días de coger el avión me parecía importante tenerlo todo previsto. Mariano contesta, vaya si contesta "Ma no, hemos hablado questa mañana y ya te he explicado tutto, te he comprobado el vuelo y todo, te lo he mirado y explicado, ¿POR QUÉ ME ATORMENTAS?". Creo haber escuchado mal, espero haber escuchado mal, por la salud y la integridad física del propio Mariano, intento de verdad pensar que esas palabras no han salido de la boca de mi amigo bambino. Pero por si me había quedado duda, la voz me repite una vez más "Dime, ¿por qué me atormentas???" Hago un rápido repaso a los hechos y pienso si de verdad estoy hablando con Volotea o con mi vecino del quinto. No puedo procesar la información correctamente. No puede ser verdad lo que he escuchado. Antes de almorzarme a Mariano, que por la hora casa perfectamente, decido mantener la calma. Hago como que no he escuchado lo que si he escuchado y continúo con lo mío. "Verás Mariano, cuando estabamos hablando, justo en el momento en que me pediste el número de vuelo, la llamada se cortó". Mariano contraataca. "Ma che cosa dici! No no, yo he explicado tutto, he mirado il biglietto y he dicho tutto bene". Noto como Mariano comienza a ofuscarse en su propio discurso por la cantidad de palabros en italiano que va soltando. "No Mariano no, se cortó" Y vuelve a la carga: "Ma no, io ho expli...." ¡Y SE CORTA DE NUEVO!. A los pocos segundos suena el móvil de nuevo. La voz de Mariano ilumina e inunda todo el espacio de mi coche. "Escusi, me pasa a veces que se corta la chiamata". ¡¡¡¡Grande Mariano, no has ganado un gallifante hoy, te llevas la cesta completa!!!! "Mariano, pues eso mismo es lo que te pasó esta mañana amigo". Mariano no contesta, debe estar perdido en sus propios tormentos personales, intentando interiorizar para si lo que es  una cagada monumental como la suya. Al final  medio en italiano medio en español consigo que me explique lo que por la mañana debió contarle al viento o a las ondas hercianas, vete tu a saber.

Mira que me pasan cosas curiosas y surrealistas, pero que alguien en un servicio de atención al cliente me diga que "lo atormento" por llamar a hacer una consulta creo que no lo superan ni en Vodafone.

Ah! Al final volé con los dos bultos de mano sin problemas. si. Me llegan a poner alguna pega y busco a Mariano hasta en los confines del universo.




domingo, 12 de agosto de 2012

Primer relato para el blog: Los principios, le atiende la telefonista.


Comencé a trabajar por primera vez en un hotel en el año 2001, había finalizado mis estudios de turismo  y gracias a unas prácticas que hice encontré trabajo en el Hotel Palace de Madrid. Aún recuerdo cuando me dijeron donde me tocaba hacer las prácticas. Raquel,  te vas al Palace. La verdad es que me quedé atónita, bueno más quedó mi madre, que tras decírselo me dijo. ¿Que TU te vas al Palas? Escribo Palas, porque asi era como ella ponia el nombre del hotel en las cartas que me enviaba… Que iba a hacer yo, una chica de provincia, en la capital y además en el Palace!!!

Pues bien, la chica de provincia debió desenvolverse bien durante los 6 meses de prácticas ya que nada mas acabar mis estudios, 1 año después estaba contratada como telefonista. Vaya lío me llevaba con la centralita!! Y ni que contar cada vez que contestaba al teléfono. Si te llamaba una clienta para que le plancharan una camisa tenia que llamar a la gobernanta para que lo recogiera, acordarme 10 minutos después de llamar al cliente y preguntarle si lo habían recogido.. Si , lo se, estáis pensando.. pues es muy simple.. si claro, si en esos 10 minutos no haces más, pero si estas atendiendo llamadas externas e internas, tomando comandas del room service, metiendo dichas comandas en el TPV , saliendo al mostrador a atender  a los clientes en el business center… ¿Te vas a acordar de la camisa de marras y de la clienta???

Pero bueno, no os voy a aburrir con que hacia yo en mi trabajo. Os voy a contar algo, que creo, os va a entretener más: las anécdotas

En mis tiempos de teléfonos tengo varias, pero creo que la primera que os he de contar es una que tiene nombre y apellidos: Robbie Williams. 

Había venido a dar un concierto a Madrid, así que la noche anterior decidió a eso de las 12 de la noche ponerse a cantar y tocar la guitarra en la habitación. Hasta ahí todo bien, pero justamente, su vecino de habitación era un cliente muy asiduo del hotel  que no podía pegar ojo gracias a los gorgojos que Mr Williams le estaba dedicando desde el otro lado de la pared. Como es lógico tuvimos que llamarle y pedirle que guardara silencio.

Al día siguiente, el Sr. Williams se fue a dar su concierto, y a eso de las 22:30 hrs mi compañera de turno y yo nos quedamos estupefactas al ver que estábamos recibiendo a la vez 1000 llamadas telefónicas. ¿Queréis saber porqué? Muy sencillo, el estimado Robbie Williams en medio del concierto puso el número de teléfono en las pantallas y pidió a todos que llamaran para quejarse por no haberle dejado tocar la guitarra… Esto se llama venganza, y lo demás es cuento.

Lo mejor vino al día siguiente, era el día de su salida, y como colofón y despedida comenzó en el mostrador de recepción amenazando con su dedo índice a todos los que estaban allí diciéndoles en inglés : “que te jodan , y a ti también, y a ti , y al director, y a la telefonista, y al conserje.” Tras acabar su especial despedida, una chica de la recepción muy resuelta y sonriente le respondió en inglés: “Discúlpeme señor Williams ha dicho que le jodan a mi compañero, a mi, al director, a la telefonista y al conserje, desea que le jodan también a nuestro jefe de recepción, si desea lo llamo ahora mismo para que se lo diga en persona”

Como dice un proverbio árabe " Estate atento cuando tu enemigo te sonría, la fiera muestra los dientes antes de atacar"

miércoles, 8 de agosto de 2012

Dándole sentido al blog (o intentádolo)

El sentido pricipal y fundamental del blog es divertirnos escribiéndolo y haceros pasar buenos ratos a los que decidáis leernos. Pero también al mismo tiempo queremos enseñaros o mostraros lo que es la atención al público vista desde dentro. 

Todos los días en nuestra vida normal y rutinaria nos encontramos de una manera o de otra con una persona que nos atiende: el panadero, el camarero que nos pone el café, el operador de telefonía con el que hay que lidiar, la del supermercado... y muchas de esas veces, porque lo hacemos todos, exigimos y nos quejamos hasta del color de las nubes por nada y sin pararnos a pensar que esa persona esta trabajando igual que nosotros, y que también igual que nosotros tiene cosas buenas pero igualmente cosas malas durante su jornada laboral. 

Lo que nosotras queremos es mostraros como bien ha dicho Reichel, lo gratificante que es nuestro trabajo pero también lo complicado que resulta a veces. O lo cómico, que también tenemos de eso.

Algo que si queremos dejar claro desde el primer momento es que aqui no estamos para reirnos "de" sino "con". Que el que este libre de pecado que tire la primera piedra, y vaya tres marias que nos hemos ido a juntar... ¡como para hablar muy alto estamos nosotras! :P

Para muestra un botón, que suele decirse. Si ya lo digo yo siempre, que nunca se puede hablar. Y que nunca puedes decir de este agua no beberé ni este cura nos es mi padre porque al final te cae todo encima. Leed, leed...

Hace dos años, por enero más o menos, organizamos una quedada con unos cuantos amigos de toda España en Burgos. Desde Santander salíamos mi amiga Lucía y yo.
Total que lo preparamos todo y un viernes por la tarde cogimos carreterita ambas dos como digo hacia BURGOS. Salimos de Santander, llegamos a Torrelavega, cogemos la desviación... las dos habla que te habla y cotorrea que te cotorrea sin parar intentando arreglar el mundo...y cuando me quise dar cuenta estabamos ¡en San Vicente de la Barquera! Que no nos vamos a engañar ahora, que dar la vuelta por Asturias, atravesar Picos de Europa y darse un paseito por León es sin duda alguna la mejor manera de llegar a Burgos de toda la vida de dios. :PPP
Lo mejor de todo es que cuando fui consciente del error, se lo comento a la copiloto en plan "mari, que nos hemos pasado 3 pueblos, o 4 o 5 o 6" y la otra toda convencida me dice que no, que yo siga por allí que vamos estupendamente.

No hace falta que os recuerde que trabajo en una oficina de turismo, ¿verdad?

Sirva esto para aprender la primera lección de nuestro blog: Amiguitos, cuando veáis las barbas del vecino cortar... jijijiji. 


viernes, 3 de agosto de 2012

Presentación


Hola todos,

Esta es la primera entrada de este blog, por lo que creo que debo contaros el porqué de su creación y existencia.

La culpa de su creación la tiene una reunión nocturna una víspera de Santiago entre tres chicas (Isabel, Verónica y Raquel) que se dedican profesionalmente  al mundo del turismo desde tres sectores : oficina de turismo, aeropuerto y hotel.

Casi todo el mundo ha sido turista alguna vez en su vida, pero no todo el mundo ha estado al otro lado del mostrador, y  por esa razón,  queremos haceros partícipes de cómo se vive al otro lado.

El trabajo cara al público es tan ingrato como satisfactorio, pero tiene el aliciente de que casi todos los días  un cliente te sorprenderá. Cuando llegas al trabajo, como  todo el mundo, tienes planificado que has de hacer durante la jornada pero casi siempre hay un “imprevisto de ultima hora” o una “visita” que te desmorona todo lo planificado y hace que recurras al ingenio parea salir airosa

¿Queréis saber más?  Pues como dicen  en un programa de la tele, PASO PALABRA